Las comunidades energéticas locales son entidades jurídicas formadas por una agrupación de socios. Dichos socios, voluntariamente y con participación cooperativa, establecen sus objetivos en la obtención de beneficios energéticos, sociales, medioambientales y económicos, para los miembros de una comunidad o terceros.
Este tipo de comunidades centran su actividad en la producción de energías renovables, su distribución, acumulación y consumo. Además, también se pueden dedicar a la prestación de otros servicios energéticos sostenibles, como, por ejemplo, la oferta de estaciones de recarga para vehículos eléctricos.
España todavía no cuenta con regulación específica en este sentido. Sin embargo, la Unión Europea está desarrollando las Directivas que marcarán el sector a nivel comunitario. El Real Decreto-Ley 15/2018, de 5 de octubre de 2018, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, es un primer paso de la voluntad política hacia el desarrollo legal positivo de las energías renovables. Por lo tanto, supone una puerta abierta a la agilización de las aplicaciones de las Directivas europeas en España.
Las comunidades energéticas locales han irrumpido en el panorama de las energías renovables, como método colaborativo de desarrollo y puesta en práctica de la conciencia colectiva por la sostenibilidad. Asimismo, desde el Instituto español para la Diversificación y Ahorro de la Energía se ha publicado la “Guía para el desarrollo de instrumentos de fomento de las Comunidades Energéticas Locales”. Este hecho ha abierto la posibilidad de apoyar la constitución y financiación de proyectos pilotos en España.
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