Como ya sabemos, para la Tierra y para otros planetas de alrededor, el Sol es un poderoso centro de atención. Hablamos de una estrella con 1,4 millones de km de diámetro, es decir, un tamaño muy elevado al que el ojo del ser humano está acostumbrado a ver. Su interior se compone por gases calientes que representan más del 99,80 % de la masa de todo el sistema solar. Hablamos de gases que alcanzan los 5.500 grados centígrados en la superficie y los 15,5 millones de grados centígrados en el núcleo.
El Sol es la estrella más cercana a la Tierra y de la que dependen todos los seres vivos que la habitan. Podemos decir que la energía del sol proviene de la fusión termonuclear del hidrógeno. Esta fusión de los protones de los átomos de hidrógeno para formar helio, es la principal fuente de energía solar.
Así pues, dicho de una forma más clara, la energía del sol proviene de la fusión termonuclear del hidrógeno. La energía producida por esta fusión, se transmite desde el sol a través de pequeñas partículas llamadas como “fotones”. Los fotones que son absorbidos por la atmósfera terrestre, son los usados para la energía solar fotovoltaica.
Esta obtención directa de electricidad mediante luz solar, se conoce como efecto fotovoltaico.
Así es como el sol se convierte en una de las principales fuentes de obtención de energía renovable. La energía generada se venderá a través de la conexión de la instalación a la red eléctrica.
Gracias a estos avances tecnológicos, se facilitó la posibilidad de cambiar las fuentes no renovables por otras más respetuosas, sobre todo, con la Tierra y su medioambiente. Está demostrado que el incremento de la producción de electricidad de fuentes renovables contribuye de forma notable en la disminución del cambio climático y también en el efecto invernadero causado por el uso de combustibles fósiles.
Podemos definir los combustibles fósiles como el recurso que solemos usar para la calefacción o para el transporte. Los residuos de estos, son más dañinos que los residuos generados por las fuentes de energía renovables como la solar o la eólica. Como ya hemos hablado alguna otra vez, los beneficios de la energía solar en cuanto al cambio climático, son múltiples.
Beneficios de las energías renovables en el cambio climático
- Prácticamente nula emisión de gases de efecto invernadero o gases que contribuyen al cambio climático. – NO CONTAMINAN
- Disminuyen las enfermedades provocadas por la contaminación (enfermedades pulmonares, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías…). EVITA FUTUROS PROBLEMAS EN LA SALUD
- Para que funcionen correctamente, no es necesario gastar o “mal gastar” grandes cantidades de agua. EVITA EL ABUSO DE RECURSOS NATURALES
- Pueden evitar problemas de basura (residuos nucleares). EVITA PROBLEMAS
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